Demasiado tarde para una estrategia

¿Dónde es que al fin puedo encontrar el ingreso al camino?
¿Acaso me está vetado por tormentoso?

Ni pienses que se me van las ganas de ahogarme en tus mejillas
Ni estrechar mis brazos en tu espalda
En tu pelo suelto podría deslizarme
o saltar de muerte
o caer feliz o caer rendido

La luz es esquiva por torpeza, abismo que sé cavar por cuenta propia.
Aparece tu rostro en la cima
mi genio
poco genio se tranquiliza.

Ajeno


Todavía sé sentirme ajeno ante tus labios entumecidos
Mientras con los ojos, te pido que te acerques
Con lo que tengas para romperme.

Te invité a caernos juntos
Y no podía más que asquearme mientras estrujabas los papeles.
Cuando estaba cansado de no hacer otras cosas
Seguía pensando en tu cuerpo invisible,
Buscando algún gesto sublime
Mientras en la ventana se reflejaba el orgasmo de tu cara.

Te molestaba mi canibalismo,
Te arrodillaste para perdonarme y me dijiste:
“ Vuelve, ríe y cierra los ojos”.

Caer contigo enfermo,
Contigo, y tú en otra cama
Saliendo de un dormitorio
Y con las manos atadas
Buscando un baño cercano
Para suplir las ausencias.
Saldré del interinato
Para ver si aún estás
Y poder comprarte algo,
Algunas misas cagadas,
Unas cuantas rondas fluviales;
Robar tu bomba de suero
Dejar tus manos rasgadas
Vender desde la ventana
Mi dignidad antes que
La tuya me explote en la cara.

Ella con su educación libertárica
forjó su conducta magazinesca
su fobia deportivo-hiperactívica
que la devino en flaca histérica

Su intención bibliotecárica
pasó a ser MTVlítica
poco después de ser RockandPopótica
Hoy lee libros por cifras módicas
importados desde la península ibérica

Su imaginación ultra-dramática
la llevó a cuidar su imagen fetichista
que reniega de ser iconoclasta.
Pronto será una foca estítica
que no cayó en la cuenta
entre luces, rayos y tragos
que de nacimiento
tenía mente parapléjica.

El cuerpo está infectado
con la sarna del abandono

Por el marcapazos de cemento
la psoriasis llegó hasta la vista
la artritis se tomó las neuronas
las ratas se comieron las manos
hasta inyectar la dulce y majestuosa savia del rencor.
El motor, combustible para una piel
derramada y sin huesos
abandonada en las ruinas
de una entrepierna sin gastar.

Bendita venganza, párchame el cráneo
enyésame las úlceras
entablíllame las venas

Que no me levanto
Que no me levanto

Por favor escucha el grito que escribo
Firmemos este pacto a costa de mi ceguera
Hipotequemos mi salud
con cuenta a mi sordera.

Por favor
Que te ofrezco la risa.